martes, 6 de febrero de 2018

brezels


Ingredientes
250g de harina de trigo
3g de levadura (se puede ajustar en función de lo esponjosos que los queramos)
12g de mantequilla
140ml de agua
5g de sal fina
Sal gorda para decorar y bicarbonato sódico

Preparación
Existen bastante versiones de la receta de los brezels, algunas llevan leche, otras realizan un prefermento desde el día anterior, utilizan sosa cáustica en vez de bicarbonato… pero yo soy de la versión sencilla que no requiere tanto tiempo de preparación ni, sobre todo, tanta antelación.

Lo primero, pues, es mezclar todos los ingredientes (menos la sal gorda y el bicarbonato sódico) en una fuente grande, amasando hasta formar una bola elástica y manejable. Tapamos con film transparente y dejamos levar durante más o menos una hora hasta que la masa doble su volumen.

Enharinamos ligeramente la masa, amasamos y dividimos la masa en seis porciones iguales. Cada una la convertimos en palito alargado, de unos 40cm de largo,dejando el centro un poco más gordo que los extremos, y le damos su forma característica, que se consigue entrelazando los dos extremos y doblándolos sobre el centro.

Ahora llega el momento más complicado del proceso, porque si directamente horneáramos, los brezels no tendrían ese sabor tan especial. Así pues, el paso crucial consiste en disolver dos cucharadas de bicarbonato sódico en litro y medio de agua, que llevaremos a ebullición, y en la que sumergiremos los brezels uno a uno durante 20 segundos con ayuda de una espumadera. Después los escurrimos y los colocamos en una bandeja sobre papel de hornear.

Por último, espolvoreamos un poco de sal gruesa por encima para darles el toque definitivo y horneamos durante 20 minutos a 200ºC, hasta que estén dorados, pero sin llegar a quemarse. Dejamos enfriar y a disfrutar.

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